sábado, marzo 17, 2007

Historia corta

Aún no están editadas, pero las cuelgo para saber que les parece la historia. El orden es "Los Dos Centavos" h1,h2,h3.

Saludos

Los Dos centavos h3

Dos de la mañana del domingo, termine con el 5% que faltaba del reporte, ya el lunes los muchachos lo van a revisar. Tenía hambre y sueño, y muy pocas ganas de ir a casa, eso pasa cuando vives solo en un duplex de 200 m2.

Un mes después, llegue a la compañía más tarde de los acostumbrado mi equipo de trabajo me esperaba en mi oficina todos con una gran sonrisa, en especial de ella, pestañeo y nos veo a los dos, solos los dos conversando y besándonos. Vuelvo a la realidad, Rodrigo lo logramos conseguimos los mejores resultados anuales de la compañía, nos ganamos el bono y el viaje al caribe, vamos a pasar dos semanas con todo pagado, exclama Ernesto. Siempre me ha gustado su júbilo.

Di mi discurso de líder que empezó con un “los felicito muchachos han hecho una gran laboral y este reconocimiento lo demuestra”, sin darme cuenta termine en una orgía de abrazos y palmadas en la espalda, al menos la puede abrazar y sentir el roce de su mejilla.

Llegamos a Punta Canas el jueves 19 de enero por la noche, la gente se quedo buen rato en el bar luego de acomodarse en sus cuartos, preferí pasear por la playa fumando un delicioso a habano.

Por la mañana, nos encontramos con un paquete de actividades que ofrecía el hotel, Arturo, Ernesto, Diego y Giancarlo me convencieron de hacer xxxx ver la playa desde el cielo parecía una oportunidad que no se podía dejar pasar.

Luego de varias prácticas e intentos fallidos logro alzar vuelo, Diego y Arturo siguen intentado, les grito desde lo alto ya ven tener un MBA no los prepara para todo, lanzo una carcajada y emprendo viaje en dirección a playa.

Me siento libre, el aire recorre mi cuerpo, los rayos solares van tostando mi piel, me senti en paz, cierro y abro los ojos es increíble esta sensación. Busco en la playa a alguien conocido, delante mi van los demás.

Los empleados del hotel nos siguen en una camioneta por si tenemos un percance, el viento empezó de manera repentina a golpear mi lado izquierdo, volteo a ver y veo una señora que me mira fijamente, su rostro lleno de arrugas me da escalofríos el viento, un ave choca con el ala y voy en picada sin poder parar. Caigo al lado de la señora, la veo sus ojos vacíos me recuerdan las palabras escritas en la monedas, empiezo a gritar no me voy a morir, ella inmóvil a punta al horizonte dos niños, niña y niño, aparecen entre la arena y al unísono recitan.

“Este es tu último universo, veinte reencarnaciones se te han permitido y nos has aprendido nada. Tu existencia se borrará de los anales de la vida, vagaras en el limbo y sólo el vacío sentirás”

no, no puedo morir denme una oportunidad.

“Soy Karma, Anubis, Moiras, y tu sino ha sido resuelto en la sala de las dos verdades”

“El ruido te despertará, tratarás de ayudar pero solo muerte encontrarás. Cuando veas el frío plomo frente tu ojo izquierdo, un rayo de sol te atravesará. Y así morirás”

Los Dos Centavos h2

Sábado por la mañana no tenía muchas ganas de ir a trabajar, pero en fin el deber llamaba. Me subí al primer taxi que encontré, tenía como quince minutos de retraso y para mi mala suerte algún carro se había malogrado cuadras adelante, el tráfico era un infierno. Sentado en la parte posterior del auto miraba por la ventana, cuando observó al otro extremo de la pista, a un joven de rasgos hindúes pasándome la voz primero pensé que se equivocaba, en un par de segundo lo veo venir así mi –y pienso ¡Oh Dios! debe ser un ladrón y yo con la ventana entre abierta- trato de cerrarla, él me lanza dos centavos y susurra:

“Desde el cielo veras a una gitana anciana, y caerás junto a ella. Los dos vendrán y te juzgaran”

El chico desaparece entre los buses y autos del tráfico de la ciudad, siento nauseas y los dos centavos en mis manos pareciera que pesarán cientos de kilos, no los veos y lo guardo en mi bolsillo del pantalón. Me esfuerzo en alejar el suceso de mi mente, el taxista me pregunta si estoy bien, sonrió y miento. Sí, estoy muy bien.

En la oficina, el recuerdo de las palabras del tipo me deja desconcertado, pienso que alguien me está jugando una mala broma. Llamo a Lucia, y le pido el número de celular de Daniel, el narrador de la historia. Con ira marco el número de Daniel, pero me detengo y recuerdo a los dos centavos en mi bolsillo, cuelgo antes que responda. Sacó las monedas, las dos tienen una esquís grabada con algo filudo, al voltearlas en una dice judicium y en la otra fatum al parecer es latín .

Mi celular empieza a sonar de manera frenética, contesto.

*Aló, ¿quién es?
*Daniel, ¿quién eres tú?
*Rodrigo, no sé si me recuerdas del cumple de Lucia. Te llamaba en relación a tu historia, quería saber dónde la escuchaste.
*Ah! Estuvo buena no, en verdad fue un sueño que lo mezcle con la noticia de la semana antepasada.
*Entonces nadie te contó eso, estás seguro…
*No tío, no me asuste pareciera que los dos se te hubieran presentado, es solo un estúpido sueño alimentado con realidad, osea puro cuento.
*Jajajaja, me rió nerviosamente, sí de hecho sólo que pensé que tal vez era un libro o sabías más de esas historias.
*No para nada, hey tengo que regresar a mi reunión luego hablamos.
*Ok, hablamos.

Maldición que me está pasando, es sólo un mal sueño me repito una y otra vez, seguro que me he quedado dormido en el taxi y mi mente me ha jugado una mala pasada.

-¡Hey Rodrigo! Ya nos vamos son las 2pm, vienes.
-No, no me voy a quedar un toque más para poder terminar. Vayan ustedes quedamos hasta 2pm
-Jefe recuerde que es sábado no se tiene que desvelar, el cierre del año es fregado pero un nos queda tres días para el reporte final y estamos al 95%.

Los Dos Centavos - h1

Un ¡Estoy vivo! retumbó en el solitario cuarto pintado de sombras. Mis ojos tardaron varios segundos en enfocar la mirada, rostros, siluetas familiares se presentaban frente a mi., sin embargo en ese instante sólo me interesaba recordar cada detalle.

Un año atrás en una reunión un desconocido contó una historia que llamó “dos centavos”, que trataba acerda de un hombre de 30 años que se encuentra con dos niños, una niña y un niño, que le lanzan dos centavos delante de él y le recitan al unísono:

“Juzgado has sido y pronto morirás. Por enésima vez has fallado en tu lección de vida. El valle de los muertos te espera”

Y continuó recitando…

“De una esquina vendrán desconocidos en busca de conocidos, alentarás a unos cuantos por la victoria de tus conocidos. Antes del atardecer tu cuerpo yacerá en el piso hacia el horizonte y tu alma esperará el último aliento de tu cuerpo. Y así morirás”

La historia era sobre un hombre que trataba de evitar que ese tipo de situación se diera en las semanas siguientes al encuentro. Percatándose que nada inusual ocurría en su vida, retomó sus actividades diarias sin miedo. Al cabo de dos meses va al estadio animar a su equipo favorito contra un visitante del interior del país. El partido queda en empate y pasan a la ronda de penales. El hombre en estado de algarabía grita y salta desde su asiento en la tribuna de oriente. El sol bajando por el horizonte brilla con intensidad, lo ciega. Él salta y resbala cayendo al inicio de las gradas de la tribuna, al costado de su cuerpo se hallaron dos centavos. Daniel sonríe en un tono sarcástico.

El cuento puso nervio a más de uno en la fiesta. La anfitriona tuvo que subir el volumen de la música e invitar a todos a bailar. Preferí salir al balcón de la casa a fumar un poco –mentira , jamás fuma poco-. Ernesto y Arturo al parecer habían tenido la misma idea y los encontré comentado sobre el narrador de la historia. Ernesto dijo“lo más extraño es que este tipo describió la muerte del empresario que falleció hace dos semanas atrás en el estadio”, Arturo agregó “siempre me pareció un freak no sé porque Lucia no lo invita año tras año”. Asentí con la cabeza la cabeza y segui con mi cigarrillo. No tenía ganas de hablar.